
El mundo está plagado de muchos conceptos acerca de las orientaciones sexuales, que siguen siendo un tabú (en el mejor de los casos) o directamente un motivo de castigo social (en el peor). Sin embargo, el hecho de que en muchas culturas empiece a reconocerse la libertad de los individuos para sentirse atraídos por quien quieran no significa que todas estas orientaciones estén saliendo a la luz por igual y reciban la misma atención.
Para comprobarlo sólo necesitamos saber ¿cuántas personas están familiarizadas con la palabra pansexualidad?.

Tanto las personas homosexuales y heterosexuales dividen a la sociedad en sexos para determinar cuál es el más atrayente para ellos. Las personas pansexuales por el contrario, no usan estas etiquetas ni calificaciones ya que no tienen en cuenta la palabra «sexo»; simplemente es una atracción sexual y emocional hacia personas de cualquier género.
Esto significa que si una mujer se siente atraida por otra mujer, no se le puede encerrar en el concepto de homosexual o lesbiana, ya que rechaza la distinción entre hombre y mujer que da sentido a esa herramienta de medición. Podriamos decir entonces que la pansexualidad no usa etiquetas, escalas, extremos; es simplemente una orientación sexual que no se rige por los parámetros establecidos.

Alguien pansexual no tiene en cuenta ni el sexo de un sujeto ni la manera en la que su comportamiento se amolda más o menos a uno u otro género. Se considera que tanto el sexo como el género son conceptos vacíos pero esto no significa que se enamoren de cualquiera. Simplemente, siente atracción por las personas.
En una sociedad libre de etiquetas, conceptos, esteriotipos y clichés las personas son más abiertas y felices.
¡Son capaces de asimilar la idea de que es posible sentir atracción por las personas, sin más!