➡️Todo el mundo necesita un Coach⬅️

Si buscamos los inicios de esta figura clave del siglo XXI, podemos conocer la importancia que tiene como agente de cambio y reflexión, esa persona que nos retroalimente, que nos de esa visión sobre nosotros mismos y lo que hacemos, que nos lleve a mejorar en cada cosa que nos propongamos y nos enseñe a encarar los nuevos retos y las nuevas circunstancias que se plantean.

Ha hecho falta una pandemia mundial para que muchos nos demos cuenta de la incertidumbre en la que vivimos. Nada está asegurado, muchas circunstancias pueden cambiar a nuestro alrededor de la noche a la mañana y nosotros no podemos hacer nada para controlarlas porque son mucho más grandes que nosotros.

Si nos dejamos llevar por ese pensamiento, entramos en pánico y nos paralizamos, sobrepasados por la situación. Precisamente un coach puede actuar en este terreno haciendo que no nos dejemos engullir por esas cosas que se escapan de nuestro control.

Un coach nos enseña a vivir, es decir, a avanzar a pesar de los muchos momentos de incertidumbre que surgen a lo largo de la existencia de una persona. El coaching te ayuda a conocerte a ti mismo, porque a pesar de vivir una época de conexión excelente con la tecnología, estamos menos conectados con nosotros mismos. Por eso cada vez es más frecuente oír decir: «estoy perdido, no sé qué hacer con mi vida».

Si un coach puede hacer que aprendamos a lidiar con las circunstancias externas que nos influyen pero que no podemos controlar; si además permite enfocar nuestra vida aprovechando nuestro máximo potencial; y si, encima, nos proporciona las herramientas para no acomodarnos en una ficticia zona de confort, lo que esta figura está consiguiendo es algo que todos anhelamos continuamente:

¡poder ser más felices en nuestro día a día!

5/5 - (9 votos)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *